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lunes, 9 de abril de 2018

ANÁLISIS DE CONDUCTA


Una alumna de las que atiendo este curso, ha manifestado la conducta de “chuparse el dedo” en clase. Es una alumna que está en 1º de Educación Primaria.
Al ver esa conducta, investigamos desde cuando ocurría. Nos enteramos que ya en Educación Infantil lo hacía, y que empezó a darse tras la retirada del chupete. Cuando comenzó con esta conducta el entorno no le dio más importancia, pero actualmente sigue dándose.
La alumna como he comentado, ya está en 1º y la conducta está siendo cada vez más inapropiada, por lo que se ha observado en qué situaciones concretas la niña se chupa el dedo para buscarle alguna justificación al hecho.
Vimos que la niña se chupa el dedo con más intensidad cuando le preguntan en clase por alguna actividad, cuando tiene que exponer su opinión, al tener el protagonismo en algún momento de la clase,…
Unimos por tanto su conducta a un factor emocional, a un factor nervioso. Pero en casa tras reunirnos con la familia nos cuentan que también lo hace. En casa lo hace para conciliar el sueño. Tras ello, diseñamos un registro para reflejar el número de veces que la niña se chupa el dedo tanto en casa como en el colegio.
Hablamos con la niña para que supiera que íbamos a empezar con el registro y para que tuviera claro que es lo que esperábamos de ella. Tras haber hablado con ella empezó a darse cuenta de lo perjudicial que resulta chuparse el dedo y de lo poco agradable y deseable que resulta socialmente.
Para conciliar el sueño se ha aconsejado a la familia darle otro objeto o estímulo que le reconforte a la hora de dormir, como un peluche o su muñeco favorito.
También se ha puesto en práctica una de las técnicas más efectivas, que es el refuerzo positivo, es decir, premiar a la niña cuando actúe de forma adecuada. Para ello, también se ha puesto en práctica el uso de una tabla de puntos, que representará para la niña un agradable estímulo para dejar de succionar el dedo.
El refuerzo positivo puede complementarse con algunos recursos disuasorios que se le ha comentado a la familia y que ayudarán a la niña a abandonar el mal hábito de chuparse el dedo. Son algunos remedios caseros cuya función es recordar a la niña que llevarse el dedo a la boca no es bueno para ella: poner una tirita o un trozo de esparadrapo en el dedo pulgar, mojar el dedo en vinagre o zumo de limón, untar la uña con esmalte amargo (esta sustancia inocua debe adquirirse en farmacias y se recomienda no administrar en menores de 30 meses), o cubrir el pulgar con parte de un guante.
Hasta ahora, la conducta se ha reducido. Se seguirá trabajando para que se produzca la eliminación total de la misma.

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